Hace poco volví a África. Esto escribí tras varios días sin apenas dormir al regresar a un continente donde cada persona parece esconder una historia de novela
O de cómo una muro de 2700 km, repleto de soldados y minas antipersona, cruza un desierto entero dividiendo en dos el Sahara Occidental, un país que pasa desapercibido para muchos...
O de cómo conseguí adentrarme sin visados ni permisos en la República Árabe Saharahui Democrática, para conocer de primera mano la realidad de este país no reconocido y el día a día de sus gentes.
O un breve resumen de los días que pasé en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, y mi impresión de lo que vi en sus calles y sus habitantes me contaron.